De allí salimos con ganas de juerga para recorrer el pueblo con nuestro animado pasacalles, que además de la música de viento -llámese silbatos-
tenía tambores y bombos, como bien muestra la imagen.
Ya en el salón, deleitamos a nuestro maravilloso público con nuestras canciones.
Yo creo que se lo pasaron genial con nosotros.
Al final hubo refresco y patatas fritas para todos...vacas, soldaditos, majorettes, personajes famosos y de mercadillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario